Tal y como yo entiendo la montaña, es igual de importante
el que haces, que con quien lo haces.
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Me encanta: Feliz. |
Escalar con mis hijos supone estar en la montaña, donde ya
me suelo sentir feliz, además con las personas que mas quiero. Esto me permite disfrutar de
unas sensaciones absolutamente brutales.
No importa la vía, la dificultad, lo bonita que sea, donde
vas… lo importante es compartir momentos y vida con las personas que quieres y
que significan alguna cosa en tu vida.
Me encanta compartir momentos con ellos. Según van
creciendo, mi función como padre va evolucionando de maestro y guía a
observador y compañero de su camino. Me encanta y emociona como se van transformando en
adultos, como van eligiendo su propio itinerario, como se van equivocando,
evolucionando y aprendiendo de la misma vida. En fin, un día absolutamente
espectacular.
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Disfrutando de una puesta de sol espectacular en el lago del Balneario. |
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Disfrutando de los primeros largos del Molondrio. |
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Disfrutando de las vistas |
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Disfrutando de la escalada |
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Disfrutando de verles |
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Disfrutando de vivirlos |
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Disfrutando del final de la escalada |
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Disfrutando del bañito después de la escalada |
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FELIZ |
De las vías poco que decir. La primera, fácil, no está tan
cosida a paraboles y la segunda si, otra parabolada de los taladradores del
Valle.
La frase:
No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace
padres e hijos.
Friedrich Schiller. Poeta y Dramaturgo alemán. (1759-1805)
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