sábado, 12 de diciembre de 1998

212 tresmiles en 1 año: Objetivo cumplido.


LOS 212 TRESMILES EN UN AÑO: OBJETIVO CUMPLIDO

Durante el verano de 1997 comenzamos a plantearnos la idea de ascender todos los tresmiles del Pirineo. Al principio no valorábamos correctamente la envergadura del proyecto. Según íbamos recopilando información, nos dábamos cuenta de lo que realmente significaba ascender todos los tresmiles.


Aparte del objetivo “pirineístico”, hacerlo en el transcurso de una año implicaba comenzar en condiciones hibernales, con esquí de montaña, raquetas, escalada en hielo, nieve... pasar por la primavera con técnicas mixtas; verano escalando en roca y crestas de dificultad, otoño y vuelta al invierno. Era necesario utilizar todas las técnicas de progresión en montaña y tener un buen nivel en todas.

Siempre llama la atención expediciones a montañas lejanas, Himalaya, Andes, Alpes,... olvidándonos un poco de nuestro Pirineo. Nosotros queríamos demostrar que en nuestro Pirineo  también se pueden hacer proyectos, ideas, actividades únicas y originales. Nos consideramos afortunados por tener la posibilidad de disfrutar de algo tan maravilloso y cercano, donde aún se pueden desarrollar grandes actividades.

Con estas premisas nos lazamos a esta aventura con gran ilusión y confiando en nuestras posibilidades. No sabíamos dónde nos metíamos, pero queríamos intentarlo.

El 6 de enero intentamos por primera vez Vallibierna por el embalse de Llauset, pero nos encontramos con nieve a 1300 m. (desde muy abajo), y al salir del túnel de Llauset, el flanqueo del embalse estaba en malas condiciones, con bastantes aludes y también placas de hielo muy duro, que nos obligaban a quitarnos los esquís continuamente y ponernos los crampones, al final desistimos.
Paso de caballo de Vallibierna
El 19 fuimos al refugio de Respomuso, y el día 20 hicimos cumbre en la Gran Facha, con unas condiciones pésimas, nevando desde la salida del refugio y con fuerte viento en toda la arista que nos llevaba a cumbre; fue bastante duro, pero al final conseguimos nuestro primer tresmil del año 98. Ya sólo nos quedaban 211.
Cumbre de la Gran Facha
El último fin de semana de enero intentamos por segunda vez Vallibierna, pero tuvimos que abandonar por mal tiempo cuando ya habíamos llegado al collado.
Por fin el día 9 de febrero conseguimos ascender Vallibierna y Culebras, durmiendo la noche anterior en el refugio antes del túnel y con un día fenomenal hicimos los dos picos, por el paso de caballo característico, el cual tenía una cornisa importante que tuvimos que hacer caer.
Al día siguiente, 10 de febrero, fuimos a Punta Alta, saliendo desde la presa de Cavallers (valle de Boí ); ascendimos por el barranco de Comalesbienes con raquetas de nieve y con otro día espectacular hicimos cumbre fácilmente.
Ascendiendo a Punta Alta
Los días 15 y 16 hicimos, con mucho calor, el macizo de los infiernos (Garmo Negro, Algas N, Algas, Argualas, Arnales, y los tres Infiernos (NW, SE y central)); nos quedó la Aguja de Pondiellos que con la nieve en las condiciones que estaba era un poco peligroso; la bajada esquiando fue penosa por el mal estado de la nieve.
Ascendioendo Garmo Negro
El día 1 de marzo ascendimos al Tuc de Mulleres con esquís de montaña, coincidiendo con la carrera de Esquí de montaña puntuable para el campeonato de Europa. Estuvimos de control en la cima del Mulleres, pasando la noche anterior a 200 m de la cumbre a -15º C.
frio en el mulleres
Los días 19 y 20 de marzo fuimos a Gavarnie donde ascendimos los dos Astazous (oriental y occ.) por el corredor Swan. Al día siguiente intentamos el corredor central de la cara W. del Taillón, el hielo estaba en pésimas condiciones y ascendimos por la vía del glaciar de los Gabietus, haciendo en el día el Taillón y los dos Gabietus.
Desde estos días y hasta casi mes y medio después no pudimos hacer nada debido al mal tiempo.
Inicio del corredor Swan a los Astazous
Después de la gran espera el hombre del tiempo anuncia un par o tres de días de bonanza meteorológica; animados cogemos los trastos y nos vamos al refugio de Goriz. Sin nieve hasta allí, pero con mucha en altura. Decidimos ir con las raquetas de nieve. El 6 de mayo ascendemos el dedo de Monte Perdido, pitón SW del Cilindro, Cilindro, Marboré, los tres Picos de la Cascada y la Espalda del Marboré. Al día siguiente, hicimos desde Goriz, La Torre y El Casco.
Monte Perdido de fondo.
Aprovechando otra tregua del tiempo, el día 19, ascendimos con raquetas, Rodó de Canalbona, Pta. Gabarró, Pica d"Estats, Verdaguer, Montcalm y Sotllo, enganchándonos una fuerte tormenta justo cuando llegábamos al Pla de Boet, ya de vuelta.
Pica d'Estats
El 8 de junio subimos a dormir al refugio de Besiberri, para ascender al día siguiente el Besiberri N, el Mig N y S, el Besiberri S, Comaloforno y Celestí Passet.
Antiguo refugio de Besiberri. Punta Alta de Fondo.
Diez días mas tarde, cogimos los trastos de escalar y fuimos al refugio de Respumoso, (hacía seis meses habíamos estado allí pero todo cubierto por el manto blanco). Nuestro objetivo era ascender la Aguja d'Ussel, Torre Costerillou, Balaitous, Ag.Cadier, y los 4 Frondiellas, cosa que conseguimos en una jornadas larga y dura.
Cresta de Costerillou
29 de junio; tras dormir en el Refugio de Pescadores en Vallivierna, ascendimos el Macizo de los Russell, que entre picos y agujas cuenta con 6 Tresmiles.
Dos semanas más tarde, ascendimos los Culfreda (SW, central y E) y el Lustou en el mismo día. Fue una jornada bastante dura por el desnivel acumulado (unos 2100 m) y el intenso calor reinante.
El 17 de julio subimos al refugio de Angel Orus en el valle de Eriste, preparados para estar una semana por las alturas y hacer el mayor número de tresmiles posibles; así el 18 ascendimos el Diente Royo, Pavots, Forau de la Neu, Espadas, Tuca Llardaneta, Tuqueta Roya, Posets y Diente de Llardana. Fue una jornada larga pero gratificante. Al día siguiente subimos La Forqueta, Forqueta SE, Eriste N, Central y Sur. Esta cresta es muy aérea, pero de gran belleza.
Cresta de Espadas - Posets
En nuestro tercer día de ascensión salimos del refugio Angel Orús y nos dirigimos por el valle de los Ibones al Bardamina, Paul, P. inf. De la Paul, otra vez el Posets, Gemelos y Veteranos. El tramo entre el Posets y los Gemelos bajando a la Brecha Carrive, fue uno de los momentos que hemos pasado más miedo de todas las jornadas, debido a la pésima calidad de la roca. Tras esta jornada bajamos al refugio de Estós, donde descansamos un día y aprovechamos para lavar la ropa y recuperarnos.
El 22 de julio ascendimos el Gias, los Clarabides (occ, central y o.), Saint Saud, Cambou, Rocheblave, torre Armengaud, Gourgs Blancs, Jean Arlaud, Gourdon, Spijeoles, y los tres Bellocs; un total de 15 tresmiles. Bajamos al refugio del Espingo, en Francia, bastante cansados. Al día siguiente subimos al refugio del Portillón, donde dejamos algo de material, y ascendimos el Pic Audoubert, Cap de la Baquo occ y Or. , Seil de la Baquo, pequeño Pico del Portillón y Portillón d'Oo.
Posets desde el Pic Gias
Tras dormir en el nuevo refugio del Portillón ( Jean Arlaud ) a la mañana siguiente salimos a otra larga jornada. Ascendimos los Hitos W y SE del Perdiguero, el Perdiguero ( el tresmil nº 100), Tuca de Literola, Pico Royo, Pta. Literola, Ag. Literola, Pta Mammy, Crabioles Occ.(el nº 106, estábamos a la mitad) y Or., Ag Jean Garnier, Tusse de Remuñe, Rabadá, Navarro, Maupás y Boum. Otra larga jornada de tresmiles que acabamos en el refugio de Maupas; pequeño pero muy acogedor refugio francés.
Refugio de Maupas
Ya sólo quedaba un día; amaneció muy nublado y se acortaron nuestros planes; ascendimos el Gran Quayrat, bajando al refugio de Espingo de nuevo. Tuvimos que dejar las agujas de Lezat y el Lezat para otra ocasión. Cansados pero contentos dormimos en Espingo, pensando en la vuelta a casa del día siguiente.
Recuperados de la paliza nos fuimos a por otra; el 6 de agosto fuimos hasta Gavarnie, y por el Valle d'Ossou, subimos hasta el refugio De Baysellance. Al día siguiente ascendimos el Petit Vignemale, Espalda Chausenque, Pta. Chausenque, Pitón Carré, Vignemale, Clot de la Hount, las dos agujas del Clot de la Hount, el Cervillona y su Aguja, el pic Central, El Montferrat, las dos Agujas del Tapou, el Tapou y el Millieu.
Empezando la creta del Vignemale
Tras coger el coche subimos por el valle de Heas al bello circo de Tromousse, tras dormir allí con una espectacular luna, ascendimos el Pic Heid, Tromousse, Sierra Morena, Pequeña Munia, la gran Munia y el Robiñera.
El 18 de agosto fuimos de nuevo al refugio de Tabernes, para ascender al día siguiente Punta del Sabre, Gran Bachimala, Punta Ledormeur, Pta. Del Ibón, Pequ. Bachimala, Marcos Feliu, Abeillé, Pico Puerto de la Pez y Pico de la Pez.
Cumbre del Bachimala
La noche del domingo 6 de septiembre fuimos a dormir al Lac du Cap de Long, para subir todos los tresmiles de la zona; a las 4 de la mañana empezó a llover, y a las 5:30 horas que sonó el despertador, sacamos la cabeza fuera de la tienda y vimos que se había despejado un poco, así que decidimos intentarlo; a las 6:15 salíamos sin tenerlo muy claro por el mal tiempo; subiendo por una zona que no conocíamos, y con medio niebla nos colamos y no llegamos al Maubic, sino que llegamos (un poco a tientas) a la cresta entre el pico Badet y Maou; tras un claro y ver donde estábamos decidimos ascender el pico Badet, Aguja Badet, vuelta atrás y continuar por la cresta hacía el Maou; al comenzar a descender de este último empezó a caer agua nieve, que nos acompañó a intervalos durante el resto de la jornada. Tras la profunda horcada de Cap de Long, ascendimos el Cambiel SSW (no dentro de la lista de los 212 tresmiles, pero con entidad para serlo), y el Cambiell; por último fuimos (casi corriendo) al Estrarange, oyendo truenos por todos lados. Descendimos por el Valle de Estrarange, y a las 12:00 h estábamos en el coche con 5 tresmiles más.
El 15 de septiembre cogimos de nuevo los trastos y fuimos a dormir al Pla de Besurta, ya que al día siguiente queríamos hacer la cresta de Salenques; al llegar a Benasque nos enteramos que la pista de Vallivierna estaba cortada por desprendimientos, y que acababan de abrir la de los llanos del Hospital por que tenía el mismo problema. Desde el Pla de Besurta vimos la cumbre de las Maladetas toda nevada, no era un buen presagio. A las 6 h. de la mañana nos pusimos en marcha con un cielo totalmente estrellado; según ascendíamos el cielo se iba cubriendo, y antes de llegar al coll de Barrancs estaba totalmente tapado, con las nubes enganchadas a tresmil metros; lejos de desanimarnos continuamos por un terreno mixto hasta hacer cumbre del Forca Estasen todo nevado.
Aproximación a Salenques
Empezamos la cresta, y cuando comienzan las dificultades, al llegar al primer Gendarme, nos encontramos con un paso de placa todo helado, mucho viento y frío, y sin ver nada; demasiado para las trekkineras que llevábamos. Con pena, pero seguros que habíamos tomado la decisión adecuada decidimos bajarnos de allí y dejarlo para otra ocasión. La larga vuelta al coche no nos dejó con un buen sabor de boca como en otras ocasiones.
Al bajar a Benasque coincidimos con la vuelta ciclista a España, y estuvimos viendo la ascensión a Cerler. Allí nos dicen que la previsión para el día siguiente es buena, y que han abierto la pista de Vallivierna. Nos quedamos a ver si en la vertiente sur encontramos mejores condiciones.
Tras dormir en el refugio de Pescadores, a las 6 salimos hacia los lagos de Coronas para hacer la cresta de LLosas. Hace buen día pero notamos el cansancio del día anterior. Tranquilamente llegamos al primer tresmil, la aguja Argarot, luego la aguja Tchihatcheff con su impresionante rápel de descenso, la delicada subida al Franqueville, después las agujas Escudier y Daviu; a la una llegábamos al Aneto; fuimos ha hacer la espalda del Aneto, y de bajada al collado de Coronas, Punta Oliveras. Desde allí el largo descenso hasta el Refugio.
Cresta de Llosas hasta el Aneto
El miércoles 30 de septiembre por la noche salimos de Lleida a las 21:00 h. y fuimos a dormir al refugio pescadores de Vallivierna, tras pasar una agradable noche, cuando sonó el despertador a las 5:00 h., había un palmo de nieve y seguía nevando, así que vuelta a casa con las manos vacías; lo mismo pasó el sábado 3; por fin anunciaron anticiclón el día 13, y nos fuimos con todos los trastos al mismo refugio. Hicimos la cresta de Cregüeña ( Aragüels, Aguja Cregüeña, Aguja Juncadella, Aguja Haurillón ) y la del Medio (Pico Maldito, Gend. Smith-Endell, Punta Astorg, Pico del Medio, Coronas y Coronas SE.).
Tardamos 14 h. por el pésimo estado de la nieve, tanto en la cresta como en los flanqueos. Cansados pero contentos bajamos a la furgoneta a descansar.
Cresteando por coronas
Al día siguiente subimos al Refugio de la Renclusa. La previsión del tiempo continuaba siendo favorable. Tras una buena cena y merecido descanso nos levantamos a las 5:30 h. y nos fuimos hacia la Maladeta; tras ascender bastante rápido gracias a que la nieve estaba dura, pronto hicimos cumbre; en la Maladeta dejamos las mochilas y fuimos al Abadías; vuelta y por la delicada cresta el Pico Coyado de la Rimaya; desde aquí rapelamos al glaciar y por una canal subimos al pico Cordier; por la cresta el Sayo, Bondidier, Mir, punta Delmás, Muela de Alba y Diente del Alba; bajamos de nuevo al glaciar por otra canal y subimos por la normal al Pic de Alba, pisando antes el Gendarme de Alba; un total de 12 tresmiles y 12 h sin prácticamente parar.
Bajando de la cresta de Maladetas
El 16 fuimos a dormir al Lac de Cap de Long; por la mañana comenzamos a caminar pronto y rápidamente llegamos a la Aguja Tourrat y Maubic. Desde allí vimos que la cresta hasta el Pic Long estaba muy delicada por la abundancia de nieve por lo que decidimos bajar y subir por la normal, (no se que fue peor), no sabemos si subimos por la normal o no, pero la cuestión fue que empezamos por una canal de nieve de unos 45 - 50º, pero la salida se convirtió en un largo de unos 15 metros de escalada en terreno mixto, con hielo muy fino y roca descompuesta, muy expuesto. Al fin accedimos a la cresta y llegamos fácilmente al Pic Long.
Durante el descenso por la arista NW tampoco regalaban nada; había bastante nieve y hielo. por fin llegamos al Dent de d'Estibere Male, y desde allí fácilmente al Bugarret y Pale Crabonouse. Tras el largo descenso con algún que otro paso delicado al pasar las canales que bajan de la cara N del Pic Long, llegamos al aparcamiento. Cogimos el coche y fuimos a dormir al llac d'Aubert en la Reserva Natural de Neouvielle. 
Pic Long nevado
Al día siguiente tras pasar por el Pas du Chat, nos enfilamos por la canal hasta la Breche de Neouvielle; desde aquí hicimos Els Trois Conseillers, Turón de Neouvielle y Reboul-Vidal, y vuelta a la Brecha. Nos encordamos y en ensamble escalamos la Aresta dels Trois Conseillers hasta el Neouvielle. Por último fuimos a pisar el Ramoun y vuelta al Llac d'Aubert.
Aresta trois Conseillers. Ensamble.
El 27 llegamos hasta Ôo, donde dejamos el coche y subimos al refugio del Portillón. A partir de 2.300 m encontramos nieve. El paisaje era totalmente distinto del que nos encontramos en verano. Tras dormir en el moderno refugio, hicimos Punta Lacq, Las 4 agujas del Lezat y el Lezat. La cresta estaba un poco delicada también por la nieve.
Escalando cresta de Lezat
Caían las primeras nieves y aún nos quedaba la jornada más difícil. El día 7 de noviembre llegábamos de noche al Pla de Besurta de nuevo. Salimos a las cinco de la mañana y nos dirigimos hacia el Forau de Aigüalluts. Destino: la cresta de Salenques. A partir del colladet de Barrancs encontramos una capa de nieve polvo de 40 cm que hizo la aproximación muy larga. Como ya habíamos ascendido el Forca Estasen, nos enfilamos por un corredor que salía a la mitad de la cresta entre el Forca Estasen y el primer Gendarme de Salenques. Resultó que no estaba tan bien como parecía y tuvimos que hacer algunos pasos de mixto bastante delicados. Las fisuras de la característica pared del Gendarme de Salenques, estaban llenas de nieve y hielo. La escalada no fue muy difícil, pero si, y mucho, encontrar las fisuras para asegurar la ascensión. El paso de V+ de adherencia también se complicó bastante porque la pared estaba con una pequeña capa de nieve. El resto de la escalada fue bastante lenta. En el collado entre el segundo resalte de Salenques y el Margalida tomamos la decisión de bajar de la cresta; eran las tres y media y no nos daría tiempo a acabarla. Habíamos ascendido el Gendarme-torre de Salenques, el primer y el segundo Resalte de Salenques. Hicimos dos rápeles hacia el valle de salenques y luego el interminable regreso, por el collado de Salenques. Era la primera vez que se nos hacía de noche antes de volver.
Gendarme de Salenques. COndiciones hivernales.
Tres días mas tarde, con previsión de buen tiempo, volvimos por quinta vez al valle de Vallivierna. El 11 a las 6:30 empezamos a subir por la normal al Margalida. En esta ladera, orientada al sur, había menos nieve. Hacía mucho frío y viento. El último tramo hasta la cresta y la cresta final estaba con una película de hielo bastante incomoda. Del Margalida fuimos al Tempestades, sin problemas. Tras unos tramos de cresta bastante delicados, llegamos a la base de Punta Brecha Tempestades. Había dos opciones: un flanqueo con nieve muy expuesto hasta una canal, o un largo de A2 por la pared que teníamos delante. Hicimos el largo de escalada artificial y llegamos a la cumbre. De allí bajamos con varios rápeles y descensos por la canal de Tempestades, y de aquí al coche.
Rapelando Brecha tempestades
Una semana más tarde fuimos al aparcamiento de Ordesa y de allí al refugio de Goriz. Al día siguiente ascendimos en 2 horas y cuarto Monte Perdido por la vía de las escaleras, pasando previamente por la Punta de las Escaleras. De allí al Soum de Ramoun, Esparrets, los dos Baudrimont y la Punta de las Olas. Jornada sin excesiva dificultad, con sol, pero mucho frío; estuvimos todo el día bajo cero.
Ya sólo quedaba uno: La aguja de Pondiellos. El 28 de noviembre, acompañados por amigos y compañeros del Centre Excursionista de Lleida, dormimos en el Albergue de Piedrafita de Jaca. A la mañana siguiente, al levantarnos, había nevado toda la noche y lo continuaba haciendo. Lejos de retirarnos, decidimos intentarlo. A las 8 de la mañana empezábamos a subir acompañados de 25 personas. Seguía nevando y Jordi y yo decidimos ir más rápido. A 2700 m, ascendiendo por un corredor de nieve, nos cayó un alud. Fue un buen susto, pero por suerte no pasó nada. Habíamos infravalorado la nevada. Bajamos sin dudarlo un momento, aún quedaba un mes para conseguir el objetivo marcado.
Por último el martes 8 de diciembre, tras dormir en La Casa de Piedra en Panticosa, ascendimos el último tresmil. Jordi, Sebas Rueda, Juanjo Garra y Jordi Martínez utilizaron los esquís de travesía, mientras que yo fui con raquetas para bajar con tabla de snowboard.
 
Bajando de la Aguja de Pondiellos
El proyecto ha sido bastante duro. Hemos hecho un total de 39 jornadas, una media  de entre 5-6 tresmiles por jornada. Las jornadas que más tresmiles hemos ascendido han sido en el macizo del Gourgs Blancs y en el del Vignemale, subiendo 16 tresmiles cada día.

En total hemos ascendido unos 62.000 m de desnivel positivo acumulado durante este año y hemos recorrido unos 90 km de cresta. Como nos propusimos desde el principio, hemos utilizado todos los medios de progresión en montaña: en invierno hemos hecho ascensiones con esquís de montaña, raquetas de nieve, snowboard, crampones y piolets para escalada en hielo y nieve; durante la primavera escalada mixta en nieve y roca y las primeras crestas de dificultad. En verano escalada en roca y trekkineras, y durante el otoño hemos tenido que volver a utilizar el material de nieve y hielo.

Otro punto muy importante del proyecto era conocer nuestro Pirineo más profundamente. Hemos contemplado parajes espectaculares, verdes valles, paisajes inmensos, grandes montañas y rincones semi-olvidados, que han hecho que nos enamoremos un poco más de nuestro Pirineo. Ha aumentado nuestra ansia por conocer más, por disfrutar y respetar más nuestras montañas.

Si nos preguntáis porqué hemos hecho esto, calificado por muchos de locura, nuestra respuesta es : por que nos gusta la montaña, conocerla, ascenderla, conquistarla, .... Las sensaciones que ofrece esta actividad son indescriptibles; podríamos estar explicándolas durante horas y aún así nos quedaríamos muy lejos de lo que realmente sentimos. Aparte de las increíbles vistas de las que hemos disfrutado, que por sí solas han merecido la pena, infinidad de sensaciones y sentimientos se agolpan al llegar a una cima: libertad, superación de uno mismo, tranquilidad, sosiego, bienestar, .....

Nos gustaría que con esta actividad tan intensa que hemos desarrollado este año, hayamos puesto nuestro granito de arena para animar a mucha gente a aventurarse en nuestro Pirineo, cada uno a su ritmo y nivel. Así podremos conocer más nuestro entorno, aprender a respetarlo, amarlo y conservarlo.
 
Ultimo tresmil.

Jesús Almarza
Jordi Farré

Mapa recomendado: Todos

Libro recomendado: Todos.

La Frase:
Desde las cumbres mas altas se ven los horizontes mas lejanos
Juanjo Garra. Alpinista y buen amigo