LOS 212 TRESMILES EN UN AÑO: OBJETIVO CUMPLIDO
Durante el verano de 1997 comenzamos a plantearnos la idea
de ascender todos los tresmiles del Pirineo. Al principio no valorábamos
correctamente la envergadura del proyecto. Según íbamos recopilando
información, nos dábamos cuenta de lo que realmente significaba ascender todos
los tresmiles.
Aparte del objetivo “pirineístico”, hacerlo en el transcurso
de una año implicaba comenzar en condiciones hibernales, con esquí de montaña,
raquetas, escalada en hielo, nieve... pasar por la primavera con técnicas
mixtas; verano escalando en roca y crestas de dificultad, otoño y vuelta al
invierno. Era necesario utilizar todas las técnicas de progresión en montaña y
tener un buen nivel en todas.
Siempre llama la atención expediciones a montañas lejanas,
Himalaya, Andes, Alpes,... olvidándonos un poco de nuestro Pirineo. Nosotros
queríamos demostrar que en nuestro Pirineo
también se pueden hacer proyectos, ideas, actividades únicas y
originales. Nos consideramos afortunados por tener la posibilidad de disfrutar
de algo tan maravilloso y cercano, donde aún se pueden desarrollar grandes
actividades.
Con estas premisas nos lazamos a esta aventura con gran
ilusión y confiando en nuestras posibilidades. No sabíamos dónde nos metíamos,
pero queríamos intentarlo.
El 6 de enero intentamos por primera vez Vallibierna por el
embalse de Llauset, pero nos encontramos con nieve a 1300 m. (desde muy abajo),
y al salir del túnel de Llauset, el flanqueo del embalse estaba en malas condiciones,
con bastantes aludes y también placas de hielo muy duro, que nos obligaban a
quitarnos los esquís continuamente y ponernos los crampones, al final
desistimos.
Paso de caballo de Vallibierna |
El 19 fuimos al refugio de Respomuso, y el día 20 hicimos
cumbre en la Gran Facha, con unas condiciones pésimas, nevando desde la salida
del refugio y con fuerte viento en toda la arista que nos llevaba a cumbre; fue
bastante duro, pero al final conseguimos nuestro primer tresmil del año 98. Ya
sólo nos quedaban 211.
Cumbre de la Gran Facha |
El último fin de semana de enero intentamos por segunda vez Vallibierna,
pero tuvimos que abandonar por mal tiempo cuando ya habíamos llegado al
collado.
Por fin el día 9 de febrero conseguimos ascender Vallibierna
y Culebras, durmiendo la noche anterior en el refugio antes del túnel y con un día fenomenal
hicimos los dos picos, por el paso de caballo característico, el cual tenía una
cornisa importante que tuvimos que hacer caer.
Al día siguiente, 10 de febrero, fuimos a Punta Alta,
saliendo desde la presa de Cavallers (valle de Boí );
ascendimos por el barranco de Comalesbienes con raquetas de nieve y con otro
día espectacular hicimos cumbre fácilmente.
Ascendiendo a Punta Alta |
Los días 15 y 16 hicimos, con mucho calor, el macizo de los
infiernos (Garmo Negro, Algas N, Algas, Argualas, Arnales, y los tres Infiernos
(NW, SE y central)); nos quedó la Aguja de Pondiellos que con la nieve en las
condiciones que estaba era un poco peligroso; la bajada
esquiando fue penosa por el mal estado de la nieve.
Ascendioendo Garmo Negro |
El día 1 de marzo ascendimos al Tuc de Mulleres con esquís
de montaña, coincidiendo con la carrera de Esquí de montaña puntuable para el
campeonato de Europa. Estuvimos de control en la cima del Mulleres, pasando la
noche anterior a 200 m de la cumbre a -15º C.
frio en el mulleres |
Los días 19 y 20 de marzo fuimos a Gavarnie donde ascendimos
los dos Astazous (oriental y occ.) por el corredor Swan. Al día siguiente
intentamos el corredor central de la cara W. del Taillón, el hielo estaba en
pésimas condiciones y ascendimos por la vía del glaciar de los Gabietus,
haciendo en el día el Taillón y los dos Gabietus.
Desde estos días y hasta casi mes y medio después no pudimos
hacer nada debido al mal tiempo.
Inicio del corredor Swan a los Astazous |
Después de la gran espera el hombre del tiempo anuncia un
par o tres de días de bonanza meteorológica; animados cogemos los trastos y nos
vamos al refugio de Goriz. Sin nieve hasta allí, pero con mucha en altura.
Decidimos ir con las raquetas de nieve. El 6 de mayo ascendemos el dedo de
Monte Perdido, pitón SW del Cilindro, Cilindro, Marboré, los tres Picos de la
Cascada y la Espalda del Marboré. Al día siguiente, hicimos desde Goriz, La Torre y El Casco.
Monte Perdido de fondo. |
Aprovechando otra tregua del tiempo, el día 19, ascendimos
con raquetas, Rodó de Canalbona, Pta. Gabarró, Pica d"Estats, Verdaguer,
Montcalm y Sotllo, enganchándonos una fuerte tormenta justo cuando llegábamos
al Pla de Boet, ya de vuelta.
Pica d'Estats |
El 8 de junio subimos a dormir al refugio de Besiberri, para
ascender al día siguiente el Besiberri N, el Mig N y S, el Besiberri S,
Comaloforno y Celestí Passet.
Antiguo refugio de Besiberri. Punta Alta de Fondo. |
Diez días mas tarde, cogimos los trastos de escalar y fuimos
al refugio de Respumoso, (hacía seis meses habíamos estado allí pero todo
cubierto por el manto blanco). Nuestro objetivo era ascender la Aguja
d'Ussel, Torre Costerillou, Balaitous, Ag.Cadier, y los 4 Frondiellas,
cosa que conseguimos en una jornadas larga y dura.
Cresta de Costerillou |
29 de junio; tras dormir en el Refugio de Pescadores en
Vallivierna, ascendimos el Macizo de los Russell, que entre picos y agujas
cuenta con 6 Tresmiles.
Dos semanas más tarde, ascendimos los Culfreda (SW, central
y E) y el Lustou en el mismo día. Fue una jornada bastante dura por el desnivel
acumulado (unos 2100 m) y el intenso calor reinante.
El 17 de julio subimos al refugio de Angel Orus en el valle
de Eriste, preparados para estar una semana por las alturas y hacer el mayor
número de tresmiles posibles; así el 18 ascendimos el Diente Royo, Pavots,
Forau de la Neu, Espadas, Tuca Llardaneta, Tuqueta Roya, Posets y Diente de
Llardana. Fue una jornada larga pero gratificante. Al día siguiente subimos La
Forqueta, Forqueta SE, Eriste N, Central y Sur. Esta cresta es muy aérea, pero
de gran belleza.
Cresta de Espadas - Posets |
En nuestro tercer día de ascensión salimos del refugio Angel
Orús y nos dirigimos por el valle de los Ibones al Bardamina, Paul, P. inf. De
la Paul, otra vez el Posets, Gemelos y Veteranos. El tramo entre el Posets y
los Gemelos bajando a la Brecha Carrive, fue uno de los momentos que hemos
pasado más miedo de todas las jornadas, debido a la pésima calidad de la roca.
Tras esta jornada bajamos al refugio de Estós, donde descansamos un día y
aprovechamos para lavar la ropa y recuperarnos.
El 22 de julio ascendimos el Gias, los Clarabides (occ,
central y o.), Saint Saud, Cambou, Rocheblave, torre Armengaud, Gourgs Blancs,
Jean Arlaud, Gourdon, Spijeoles, y los tres Bellocs; un total de 15 tresmiles.
Bajamos al refugio del Espingo, en Francia, bastante cansados. Al día siguiente
subimos al refugio del Portillón, donde dejamos algo de material, y ascendimos el
Pic Audoubert, Cap de la Baquo occ y Or. , Seil de la Baquo, pequeño Pico del
Portillón y Portillón d'Oo.
Posets desde el Pic Gias |
Tras dormir en el nuevo refugio del Portillón ( Jean Arlaud
) a la mañana siguiente salimos a otra larga jornada. Ascendimos los Hitos W y
SE del Perdiguero, el Perdiguero ( el tresmil nº 100), Tuca de Literola, Pico
Royo, Pta. Literola, Ag. Literola, Pta Mammy, Crabioles Occ.(el nº 106, estábamos
a la mitad) y Or., Ag Jean Garnier, Tusse de Remuñe, Rabadá, Navarro, Maupás y
Boum. Otra larga jornada de tresmiles que acabamos en el refugio de Maupas;
pequeño pero muy acogedor refugio francés.
Refugio de Maupas |
Ya sólo quedaba un día; amaneció muy nublado y se acortaron
nuestros planes; ascendimos el Gran Quayrat, bajando al refugio de Espingo de
nuevo. Tuvimos que dejar las agujas de Lezat y el Lezat para otra ocasión.
Cansados pero contentos dormimos en Espingo, pensando en la vuelta a casa del
día siguiente.
Recuperados de la paliza nos fuimos a por otra; el 6 de
agosto fuimos hasta Gavarnie, y por el Valle d'Ossou, subimos hasta el refugio
De Baysellance. Al día siguiente ascendimos el Petit Vignemale, Espalda
Chausenque, Pta. Chausenque, Pitón Carré, Vignemale, Clot de la Hount, las dos
agujas del Clot de la Hount, el Cervillona y su Aguja, el pic Central, El
Montferrat, las dos Agujas del Tapou, el Tapou y el Millieu.
Empezando la creta del Vignemale |
Tras coger el coche subimos por el valle de Heas al bello
circo de Tromousse, tras dormir allí con una espectacular luna, ascendimos el
Pic Heid, Tromousse, Sierra Morena, Pequeña Munia, la gran Munia y el Robiñera.
El 18 de agosto fuimos de nuevo al refugio de Tabernes, para
ascender al día siguiente Punta del Sabre, Gran Bachimala, Punta Ledormeur,
Pta. Del Ibón, Pequ. Bachimala, Marcos Feliu, Abeillé, Pico Puerto de la Pez y
Pico de la Pez.
Cumbre del Bachimala |
La noche del domingo 6 de septiembre fuimos a dormir al Lac
du Cap de Long, para subir todos los tresmiles de la zona; a
las 4 de la mañana empezó a llover, y a las 5:30 horas que sonó el despertador,
sacamos la cabeza fuera de la tienda y vimos que se había despejado un poco,
así que decidimos intentarlo; a las 6:15 salíamos sin tenerlo muy claro por el
mal tiempo; subiendo por una zona que no conocíamos, y con medio niebla nos
colamos y no llegamos al Maubic, sino que llegamos (un poco a tientas) a la
cresta entre el pico Badet y Maou; tras un claro y ver donde estábamos decidimos
ascender el pico Badet, Aguja Badet, vuelta atrás y continuar por la cresta
hacía el Maou; al comenzar a descender de este último empezó a caer agua nieve,
que nos acompañó a intervalos durante el resto de la jornada. Tras la profunda
horcada de Cap de Long, ascendimos el Cambiel SSW (no dentro de la lista de los
212 tresmiles, pero con entidad para serlo), y el Cambiell; por último fuimos (casi corriendo) al Estrarange, oyendo truenos por
todos lados. Descendimos por el Valle de Estrarange, y a las 12:00 h estábamos
en el coche con 5 tresmiles más.
El 15 de septiembre cogimos de nuevo los trastos y fuimos a
dormir al Pla de Besurta, ya que al día siguiente queríamos hacer la cresta de
Salenques; al llegar a Benasque nos enteramos que la pista de Vallivierna
estaba cortada por desprendimientos, y que acababan de abrir la de los llanos
del Hospital por que tenía el mismo problema. Desde el Pla de Besurta vimos la
cumbre de las Maladetas toda nevada, no era un buen presagio. A las 6 h. de la
mañana nos pusimos en marcha con un cielo totalmente estrellado; según ascendíamos
el cielo se iba cubriendo, y antes de llegar al coll de Barrancs estaba
totalmente tapado, con las nubes enganchadas a tresmil metros; lejos de
desanimarnos continuamos por un terreno mixto hasta hacer cumbre del Forca
Estasen todo nevado.
Aproximación a Salenques |
Empezamos la cresta, y cuando comienzan las dificultades, al
llegar al primer Gendarme, nos encontramos con un paso de placa todo helado,
mucho viento y frío, y sin ver nada; demasiado para las trekkineras que
llevábamos. Con pena, pero seguros que habíamos tomado la decisión adecuada
decidimos bajarnos de allí y dejarlo para otra ocasión. La larga vuelta al
coche no nos dejó con un buen sabor de boca como en otras ocasiones.
Al bajar a Benasque coincidimos con la vuelta ciclista a
España, y estuvimos viendo la ascensión a Cerler. Allí nos dicen que la
previsión para el día siguiente es buena, y que han abierto la pista de Vallivierna.
Nos quedamos a ver si en la vertiente sur encontramos mejores condiciones.
Tras dormir en el refugio de Pescadores, a las 6 salimos
hacia los lagos de Coronas para hacer la cresta de LLosas. Hace buen día pero
notamos el cansancio del día anterior. Tranquilamente llegamos al primer
tresmil, la aguja Argarot, luego la aguja Tchihatcheff con su impresionante
rápel de descenso, la delicada subida al Franqueville, después las agujas
Escudier y Daviu; a la una llegábamos al Aneto; fuimos ha hacer la espalda del
Aneto, y de bajada al collado de Coronas, Punta Oliveras. Desde allí el largo
descenso hasta el Refugio.
Cresta de Llosas hasta el Aneto |
El miércoles 30 de septiembre por la noche salimos de Lleida
a las 21:00 h. y fuimos a dormir al refugio pescadores de Vallivierna, tras
pasar una agradable noche, cuando sonó el despertador a las 5:00 h., había un
palmo de nieve y seguía nevando, así que vuelta a casa con las manos vacías; lo
mismo pasó el sábado 3; por fin anunciaron anticiclón el día 13, y nos fuimos
con todos los trastos al mismo refugio. Hicimos la cresta de Cregüeña (
Aragüels, Aguja Cregüeña, Aguja Juncadella, Aguja Haurillón ) y la del Medio
(Pico Maldito, Gend. Smith-Endell, Punta Astorg, Pico del Medio, Coronas y
Coronas SE.).
Tardamos 14 h. por el pésimo estado de la nieve, tanto en la
cresta como en los flanqueos. Cansados pero contentos bajamos a la furgoneta a
descansar.
Cresteando por coronas |
Al día siguiente subimos al Refugio de la Renclusa. La
previsión del tiempo continuaba siendo favorable. Tras una buena cena y
merecido descanso nos levantamos a las 5:30 h. y nos fuimos hacia la Maladeta;
tras ascender bastante rápido gracias a que la nieve estaba dura, pronto
hicimos cumbre; en la Maladeta dejamos las mochilas y fuimos al Abadías; vuelta
y por la delicada cresta el Pico Coyado de la Rimaya; desde aquí rapelamos al
glaciar y por una canal subimos al pico Cordier; por la cresta el Sayo,
Bondidier, Mir, punta Delmás, Muela de Alba y Diente del Alba; bajamos de nuevo
al glaciar por otra canal y subimos por la normal al Pic de Alba, pisando antes
el Gendarme de Alba; un total de 12 tresmiles y 12 h sin prácticamente parar.
Bajando de la cresta de Maladetas |
El 16 fuimos a dormir al Lac de Cap de Long; por la mañana
comenzamos a caminar pronto y rápidamente llegamos a la Aguja Tourrat y Maubic.
Desde allí vimos que la cresta hasta el Pic Long estaba muy delicada por la
abundancia de nieve por lo que decidimos bajar y subir por la normal, (no se
que fue peor), no sabemos si subimos por la normal o no, pero la cuestión fue
que empezamos por una canal de nieve de unos 45 - 50º, pero la salida se
convirtió en un largo de unos 15 metros de escalada en terreno mixto, con hielo
muy fino y roca descompuesta, muy expuesto. Al fin accedimos a la cresta y
llegamos fácilmente al Pic Long.
Durante el descenso por la arista NW tampoco regalaban nada;
había bastante nieve y hielo. por fin llegamos al Dent de d'Estibere Male,
y desde allí fácilmente al Bugarret y Pale Crabonouse. Tras el largo descenso
con algún que otro paso delicado al pasar las canales que bajan de la cara N
del Pic Long, llegamos al aparcamiento. Cogimos el coche y fuimos a dormir al
llac d'Aubert en la Reserva Natural de Neouvielle.
Pic Long nevado |
Al día siguiente tras
pasar por el Pas du Chat, nos enfilamos por la canal hasta la Breche de
Neouvielle; desde aquí hicimos Els Trois Conseillers, Turón de Neouvielle y
Reboul-Vidal, y vuelta a la Brecha. Nos encordamos y en ensamble escalamos la
Aresta dels Trois Conseillers hasta el Neouvielle. Por último fuimos a pisar el
Ramoun y vuelta al Llac d'Aubert.
Aresta trois Conseillers. Ensamble. |
El 27 llegamos hasta Ôo, donde dejamos el coche y subimos al
refugio del Portillón. A partir de 2.300 m encontramos nieve. El paisaje era
totalmente distinto del que nos encontramos en verano. Tras dormir en el
moderno refugio, hicimos Punta Lacq, Las 4 agujas del Lezat y el Lezat. La
cresta estaba un poco delicada también por la nieve.
Escalando cresta de Lezat |
Caían las primeras nieves y aún nos quedaba la jornada más
difícil. El día 7 de noviembre llegábamos de noche al Pla de Besurta de nuevo.
Salimos a las cinco de la mañana y nos dirigimos hacia el Forau de Aigüalluts.
Destino: la cresta de Salenques. A partir del colladet de Barrancs encontramos una capa de nieve polvo de 40 cm que hizo la
aproximación muy larga. Como ya habíamos ascendido el Forca Estasen, nos
enfilamos por un corredor que salía a la mitad de la cresta entre el Forca
Estasen y el primer Gendarme de Salenques. Resultó que no estaba tan bien como parecía
y tuvimos que hacer algunos pasos de mixto bastante delicados. Las fisuras de
la característica pared del Gendarme de Salenques, estaban llenas de nieve y
hielo. La escalada no fue muy difícil, pero si, y mucho, encontrar las fisuras
para asegurar la ascensión. El paso de V+ de adherencia también se complicó
bastante porque la pared estaba con una pequeña capa de nieve. El resto de la
escalada fue bastante lenta. En el collado entre el segundo resalte de
Salenques y el Margalida tomamos la decisión de bajar de la cresta; eran las
tres y media y no nos daría tiempo a acabarla. Habíamos ascendido el
Gendarme-torre de Salenques, el primer y el segundo Resalte de Salenques.
Hicimos dos rápeles hacia el valle de salenques y luego el interminable
regreso, por el collado de Salenques. Era la primera vez que se nos hacía de
noche antes de volver.
Gendarme de Salenques. COndiciones hivernales. |
Tres días mas tarde, con previsión de buen tiempo, volvimos
por quinta vez al valle de Vallivierna. El 11 a las 6:30 empezamos a subir por
la normal al Margalida. En esta ladera, orientada al sur, había menos nieve.
Hacía mucho frío y viento. El último tramo hasta la cresta y la cresta final estaba
con una película de hielo bastante incomoda. Del Margalida fuimos al
Tempestades, sin problemas. Tras unos tramos de cresta bastante delicados,
llegamos a la base de Punta Brecha Tempestades. Había dos opciones: un flanqueo
con nieve muy expuesto hasta una canal, o un largo de A2 por la pared que
teníamos delante. Hicimos el largo de escalada artificial y llegamos a la
cumbre. De allí bajamos con varios rápeles y descensos por la canal de
Tempestades, y de aquí al coche.
Rapelando Brecha tempestades |
Una semana más tarde fuimos al aparcamiento de Ordesa y de
allí al refugio de Goriz. Al día siguiente ascendimos en 2 horas y cuarto Monte
Perdido por la vía de las escaleras, pasando previamente por la Punta de las
Escaleras. De allí al Soum de Ramoun, Esparrets, los dos Baudrimont y la Punta
de las Olas. Jornada sin excesiva dificultad, con sol, pero mucho frío;
estuvimos todo el día bajo cero.
Ya sólo quedaba uno: La aguja de Pondiellos. El 28 de
noviembre, acompañados por amigos y compañeros del Centre Excursionista
de Lleida, dormimos en el Albergue de Piedrafita de Jaca. A la mañana
siguiente, al levantarnos, había nevado toda la noche y lo continuaba
haciendo. Lejos de retirarnos, decidimos intentarlo. A las 8 de la mañana
empezábamos a subir acompañados de 25 personas. Seguía nevando y Jordi y yo decidimos ir
más rápido. A 2700 m, ascendiendo por un corredor de nieve, nos cayó un alud.
Fue un buen susto, pero por suerte no pasó nada. Habíamos infravalorado la nevada.
Bajamos sin dudarlo un momento, aún quedaba un mes para conseguir el objetivo
marcado.
Por último el martes 8 de diciembre, tras dormir en La Casa
de Piedra en Panticosa, ascendimos el último tresmil. Jordi, Sebas Rueda, Juanjo
Garra y Jordi Martínez utilizaron los esquís de travesía, mientras que yo fui
con raquetas para bajar con tabla de snowboard.
El proyecto ha sido bastante duro. Hemos hecho un total de
39 jornadas, una media de entre 5-6
tresmiles por jornada. Las jornadas que más tresmiles hemos ascendido han sido
en el macizo del Gourgs Blancs y en el del Vignemale, subiendo 16 tresmiles
cada día.
En total hemos ascendido unos 62.000 m de desnivel positivo acumulado
durante este año y hemos recorrido unos 90 km de cresta. Como nos propusimos
desde el principio, hemos utilizado todos los medios de progresión en montaña:
en invierno hemos hecho ascensiones con esquís de montaña, raquetas de nieve,
snowboard, crampones y piolets para escalada en hielo y nieve; durante la
primavera escalada mixta en nieve y roca y las primeras crestas de dificultad.
En verano escalada en roca y trekkineras, y durante el otoño hemos tenido que
volver a utilizar el material de nieve y hielo.
Otro punto muy importante del proyecto era conocer nuestro
Pirineo más profundamente. Hemos contemplado parajes espectaculares, verdes
valles, paisajes inmensos, grandes montañas y rincones semi-olvidados, que han
hecho que nos enamoremos un poco más de nuestro Pirineo. Ha aumentado nuestra
ansia por conocer más, por disfrutar y respetar más nuestras montañas.
Si nos preguntáis porqué hemos hecho esto, calificado por
muchos de locura, nuestra respuesta es : por que nos gusta la montaña,
conocerla, ascenderla, conquistarla, .... Las sensaciones que ofrece esta
actividad son indescriptibles; podríamos estar explicándolas durante horas y
aún así nos quedaríamos muy lejos de lo que realmente sentimos. Aparte de las
increíbles vistas de las que hemos disfrutado, que por sí solas han merecido la
pena, infinidad de sensaciones y sentimientos se agolpan al llegar a una cima:
libertad, superación de uno mismo, tranquilidad, sosiego, bienestar, .....
Nos gustaría que con esta actividad tan intensa que hemos
desarrollado este año, hayamos puesto nuestro granito de arena para animar a
mucha gente a aventurarse en nuestro Pirineo, cada uno a su ritmo y nivel. Así
podremos conocer más nuestro entorno, aprender a respetarlo, amarlo y
conservarlo.
Jesús Almarza
Jordi Farré
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La Frase:
Desde las cumbres mas altas se ven los horizontes mas lejanos
Juanjo Garra. Alpinista y buen amigo